- ¿Desde cuándo?
...
Desde antes de desear que me quisieras.
Desde mucho antes, incluso, de que pudiera darme cuenta.
- ¿Desde cuándo?
...
Desde antes de desear que me quisieras.
Desde mucho antes, incluso, de que pudiera darme cuenta.
"A menudo la gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica.
Perdónalos de todas formas.
Si eres amable, la gente puede acusarte de egoísta o de tener segundas intenciones.
Sé amable de todas formas.
Si eres exitoso, ganarás algunos falsos amigos y algunos verdaderos enemigos.
Ten éxito de todas formas.
Si eres honesto y franco, la gente puede engañarte.
Sé honesto y franco de todas formas.
Lo que tardas años en construir, alguien puede destruirlo en un instante.
Construye de todas formas.
Si encuentras serenidad y felicidad, pueden tener celos.
Sé feliz de todas formas.
El bien que haces hoy, ha menudo será olvidado mañana.
Haz el bien de todas formas.
Das al mundo lo mejor que tienes y puede que jamás sea suficiente.
Da al mundo lo mejor que tengas, de todas formas."
Teresa de Calcuta
Mario BenedettiMi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.
Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.
Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero
quedarme en vos.
Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya
telón
ni abismos.
Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
No soy una persona de favoritos ni preferidos, me cuesta decir qué tipo de música me gusta, cual es mi color, mi libro, mi canción, mi película, mi comida... No suelo tener un prototipo de casi nada y mis gustos son muy amplios en general, pero me gusta el número ocho.
Bien, pues esta tarde buscando unas fotos, encontré algo que una vez leí y como tantas cosas, guardé. Es sobre el número ocho. En aquel momento me pareció muy bueno, y aunque hoy no me lo parece tanto, me gusta releerlo y ver en qué he cambiado.
Desconozco el autor, porque está sin firmar, pero dice así:
"Mi número es el ocho. Si preguntas, la mayoría elige el siete, el tres o, los que van de transgresores, el trece. El ocho no está muy solicitado. Por eso es mi número. Porque es un número por descubrir. El que va después del viejo número de la suerte y antes del repelente sobresaliente. Un número regido por Saturno, implique eso lo que implique. Dicen que es el número del éxito y del poder, que está lleno de energía. No sé... a mi me gusta y, bueno, parece no tener malas cualidades... si crees en esas cosas.
Es el número de la octava maravilla, esa que cada cual imagina como quiere, el número que está en mi formato de película preferido y el número de ruedas de mis patines. Un número fantástico para pequeñas fiestas memorables. Ni excesivo ni excaso. Y par. Importante a la hora de establecer equilibrio de sexos (no es una tontería). Ya sé que "Con ocho basta" fue el nombre de una serie de televisión "made in USA" que se basaba en lo sobrado de la cifra. Pero se trataba de hijos, una imprudencia antológica incluso para finales de los setenta. Ni siquiera hoy cabrían en la mayoría de monovolúmenes.
El ocho es un número de cintura estrecha, un número de una cierta chulería. Un número lleno de curvas que se insinúa, que se ondula y se desliza, que esquiva y sortea. Un número con sensualidad. Pero basta darle un cuarto de vuelta para descubrir su faceta más espiritual. De repente, su serpenteo y su seducción se transforman en profundidad e infinito. El ocho ya no es más ocho, es algo inabarcable que se escapa a nuestra comprensión. Dos caras de la misma moneda. Me gusta el ocho."
El otro, es un sms que alguien me envió no hace mucho como respuesta a un momento de indignación por mi parte:
"Durante años las tías premian la mentira: 'quiero disfrutar de tu cuerpo' es menos efectivo que 'te quiero' cuando buscas sexo, a la gente le cuesta la verdad"
Me surge un torbellino de ideas ante esto. Pero no fluyen las palabras.
Sobre el texto, poco que decir, quizá no me apetezca pensarlo bien, porque me niego a descubrir ciertas cosas. Siempre dije que prefería no saber, vivir en mi felicidad de ignorar las cosas que me hacen daño. Puede ser absurdo, o cobarde, pero es mi Peter Pan que se niega a dejarme crecer.
El mensaje... fue la respuesta perfecta en aquel momento, algo que ya sabía pero que me niego a que suceda. No dice nada nuevo, pero lo especial del mensaje es que la persona que me lo envió es prácticamente desconocida para mí, pero que en ese instante comprendió mis cuatro palabras a la prefección y me entendió como nadie. Pero creo que nada de lo que diga podría poneros en situación sin contar cosas personales ("no hablo de mi vida privada" jajaja) sólo un pequeño diálogo que resume un poco mi forma de ver las cosas:
- ¿Por qué me miente? ¡No tiene que prometerme la luna! ¿Se cree que soy tonta? Como si yo no supiese que no es verdad. Si no era necesario...
- Lo que pasa es que la gente asume el amor sin sexo, pero no el sexo sin amor.