jugando a no crecer

"Si Peter Pan viniera a buscarnos, no den la luz, no vaya a descubrir que le hemos traicionado y hemos crecido demasiado."

miércoles, 20 de mayo de 2009

tocayos

Siempre me gustaron los nombres de mis abuelos. Ernesto y Mario. Hasta tengo una especie de predilección por quienes se llaman igual. Salvando excepciones, claro.
Ernesto fue otro padre para mí y nos dejó hace ya más de nueve años. Mario, nos dió un pequeño susto esta semana, pero aún podré disfrutar de él espero que mucho tiempo.
Al caso: aunque con un poco de retraso, no quería que pasase este momento sin recordar a un genial Mario que nos ha dejado, Benedetti.
Y lo haré dedicándole a mi abuelo Mario un poema que desconocía y que escuché ayer en la mañana en la tele (recitado con gran belleza por Carmen Romero) y que seguro me va a acompañar siempre, porque me parece precioso.
Táctica y estrategia

Mi táctica es

mirarte

aprender como sos

quererte como sos.

Mi táctica es

hablarte

y escucharte

construir con palabras

un puente indestructible.

Mi táctica es

quedarme en tu recuerdo

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

pero

quedarme en vos.

Mi táctica es

ser franco

y saber que sos franca

y que no nos vendamos

simulacros

para que entre los dos

no haya

telón

ni abismos.

Mi estrategia es

en cambio

más profunda y más

simple.

Mi estrategia es

que un día cualquiera

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

por fin me necesites.

Mario Benedetti

lunes, 11 de mayo de 2009

la primera

Como las sevillanas (que taaanto te gustan!) mírala cara a cara porque es la primera de esta vuelta, como en la liga de fútbol. Y es por y para tí. Aunque tenga muchas deudas pendientes. Pero las demás vendrán porque ha llegado ésta.
Porque tergiversando tus palabras: a veces lo que no reluce sí que es oro. Porque quizá desconfié demasiado, no de ti pero sí del medio en que nos llegamos. Que ya sabes que hay mucho loco suelto. Pero me has demostrado que estás más cerca que muchos que pueden tocarme.
Gracias por aguantar mis malos ratos, por tu sinceridad, por encontrarme cuando me escondo y por esconderte para encontrarme, por dejarme mensajes para que sonría luego, por invitarme a desayunar, por recordarme con alguna foto, por tus consultas profesionales y por tus consejos personales, por hacerme reír cuando no tengo ganas, por llevarme a la isla y dejar que me pierda en tu jardín, por decirme fea y hacer que me sienta preciosa... pero sobretodo, por llamarme tonta/sensible...
Porque siempre serás mi jardinero preferido (aunque esté casada).

vuelta e ida

Vale, vuelvo. Pero que conste que no me había ido, era solo un letargo, estaba... hibernando. Sí, en primavera, ¿qué pasa? cada uno hiberna cuando quiere o cuando puede o cuando no tiene nada mejor que hacer ni decir.
Pues eso, que no me hubiera ido sin despedirme. Aunque no me gusten las despedidas. Quizá por eso nunca me voy ni me quedo del todo.
Pero me da que será lo mismo de siempre pero de otra forma, o lo que es lo mismo, que todo cambiará para que todo siga igual. O como se diga.
Y nada, que aquí estoy, para quedarme, o para irme. Pero siempre estaré.