jugando a no crecer

"Si Peter Pan viniera a buscarnos, no den la luz, no vaya a descubrir que le hemos traicionado y hemos crecido demasiado."

lunes, 14 de febrero de 2011

el tiempo

- Te quiero

- ¿Desde cuándo?

...

Desde antes de desear que me quisieras.

Desde mucho antes, incluso, de que pudiera darme cuenta.

Flotando en el humo de Colón

- Eres la más guapa del mundo.
(no del bar, ni del reino... del mundo.)

miércoles, 26 de enero de 2011

yo para ser feliz quiero un..

¿En qué se mide el tiempo? quiero decir ¿cómo se mide? no me refiero a la unidad del sistema internacional.
Se pueden contar los segundos, los minutos, las horas, los días.. incluso los años que pasan pero no siempre duran lo mismo.
No cuando uno espera o cuando le esperan, no cuando algo nos divierte o cuando estamos tristes no cuando llegamos o nos despedimos...
Medir es algo cuantitativo pero el tiempo que tenemos o perdemos el que gastamos o nos falta, el que ha pasado o el que está por llegar, ese no se puede contar, ese no se calcula con una fórmula.
No sé como se puede medir el tiempo que tengo, ni el que me das o el que te regalo ni el que nos queda.
Pero si que sé, que para ser feliz sólo quiero pasar mi tiempo contigo.

viernes, 10 de diciembre de 2010

jrasias

- estás mal, muy mal!
- eres tú, yo antes no era así...
- pero una cosa te digo: me gusta que estés mal
- y a mi me gusta que te guste
- ...
- qué?
- veo tu sonrisa
- es q estoy sonriendo, y eso también es tu culpa
- es que tu sonrisa...
- también es un poco tuya
- ...debe ser la sonrisa más bonita de este mundo
- es que cuando uno sonrie de verdad, la sonrisa en mucho más bonita
- tienes una sonrisa preciosa
- ...
- ojalá jamas se te borre
Lokits de la life!!

domingo, 7 de junio de 2009

de todas formas

A pesar de que no soy especialmente devota ni estoy de acuerdo en muchas de las ideas que esta mujer profesaba, esta semana cayó en mis manos este texto, palabras que ella dijo y con las que me siento identificada en gran medida.
Me llegan en buen momento si la idea es seguir como hasta ahora. Pero en muy malo si pensaba cambiar algo, porque estoy cansada, muy cansada, agotada... de que siempre sea la misma historia. Supongo que las cosas suceden por algo y quizá la casualidad de leerlo justo ahora, sea una señal, una especie de grito de guerra para darme ánimos.

"A menudo la gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica.

Perdónalos de todas formas.

Si eres amable, la gente puede acusarte de egoísta o de tener segundas intenciones.

Sé amable de todas formas.

Si eres exitoso, ganarás algunos falsos amigos y algunos verdaderos enemigos.

Ten éxito de todas formas.

Si eres honesto y franco, la gente puede engañarte.

Sé honesto y franco de todas formas.

Lo que tardas años en construir, alguien puede destruirlo en un instante.

Construye de todas formas.

Si encuentras serenidad y felicidad, pueden tener celos.

Sé feliz de todas formas.

El bien que haces hoy, ha menudo será olvidado mañana.

Haz el bien de todas formas.

Das al mundo lo mejor que tienes y puede que jamás sea suficiente.

Da al mundo lo mejor que tengas, de todas formas."

Teresa de Calcuta

miércoles, 20 de mayo de 2009

tocayos

Siempre me gustaron los nombres de mis abuelos. Ernesto y Mario. Hasta tengo una especie de predilección por quienes se llaman igual. Salvando excepciones, claro.
Ernesto fue otro padre para mí y nos dejó hace ya más de nueve años. Mario, nos dió un pequeño susto esta semana, pero aún podré disfrutar de él espero que mucho tiempo.
Al caso: aunque con un poco de retraso, no quería que pasase este momento sin recordar a un genial Mario que nos ha dejado, Benedetti.
Y lo haré dedicándole a mi abuelo Mario un poema que desconocía y que escuché ayer en la mañana en la tele (recitado con gran belleza por Carmen Romero) y que seguro me va a acompañar siempre, porque me parece precioso.
Táctica y estrategia

Mi táctica es

mirarte

aprender como sos

quererte como sos.

Mi táctica es

hablarte

y escucharte

construir con palabras

un puente indestructible.

Mi táctica es

quedarme en tu recuerdo

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

pero

quedarme en vos.

Mi táctica es

ser franco

y saber que sos franca

y que no nos vendamos

simulacros

para que entre los dos

no haya

telón

ni abismos.

Mi estrategia es

en cambio

más profunda y más

simple.

Mi estrategia es

que un día cualquiera

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

por fin me necesites.

Mario Benedetti

lunes, 11 de mayo de 2009

la primera

Como las sevillanas (que taaanto te gustan!) mírala cara a cara porque es la primera de esta vuelta, como en la liga de fútbol. Y es por y para tí. Aunque tenga muchas deudas pendientes. Pero las demás vendrán porque ha llegado ésta.
Porque tergiversando tus palabras: a veces lo que no reluce sí que es oro. Porque quizá desconfié demasiado, no de ti pero sí del medio en que nos llegamos. Que ya sabes que hay mucho loco suelto. Pero me has demostrado que estás más cerca que muchos que pueden tocarme.
Gracias por aguantar mis malos ratos, por tu sinceridad, por encontrarme cuando me escondo y por esconderte para encontrarme, por dejarme mensajes para que sonría luego, por invitarme a desayunar, por recordarme con alguna foto, por tus consultas profesionales y por tus consejos personales, por hacerme reír cuando no tengo ganas, por llevarme a la isla y dejar que me pierda en tu jardín, por decirme fea y hacer que me sienta preciosa... pero sobretodo, por llamarme tonta/sensible...
Porque siempre serás mi jardinero preferido (aunque esté casada).

vuelta e ida

Vale, vuelvo. Pero que conste que no me había ido, era solo un letargo, estaba... hibernando. Sí, en primavera, ¿qué pasa? cada uno hiberna cuando quiere o cuando puede o cuando no tiene nada mejor que hacer ni decir.
Pues eso, que no me hubiera ido sin despedirme. Aunque no me gusten las despedidas. Quizá por eso nunca me voy ni me quedo del todo.
Pero me da que será lo mismo de siempre pero de otra forma, o lo que es lo mismo, que todo cambiará para que todo siga igual. O como se diga.
Y nada, que aquí estoy, para quedarme, o para irme. Pero siempre estaré.

miércoles, 4 de febrero de 2009

un erizo triste

Qué contradicción.
"Eres triste, los de tu tierra los sois".
Debió de ser la primera vez que alguien hacía tal afirmación.
En cualquier caso, lo triste es no estar siempre alegre con este nombre que rebosa felicidad.
Siempre me viene a la mente esa aseveración, la única contraria a todas las demás observaciones en este sentido, cuando me siento así. Pero no tiene nada que ver con las sensaciones de ahora mismo. Estoy en un paréntesis que no difiere mucho de lo de afuera, pero que no tiene nada que ver, al menos superficialmente.
Se puede llorar por tantas cosas ajenas a nosotros, reales o ficticias: un hecho, una película, una canción, un poema... pero nunca me había pasado con un libro, al menos de manera tan tangible, tan real.
Igual es esa tendencia mía tan burguesa de regocijarme en la melancolía.
Quizá si que sea triste, más de lo que creía.
Tengo debilidad por este tipo de finales, los que realmente son finales y no principios de otras historias. Los que verdad terminan algo, cierran el ciclo, y que, generalmente, son tristes.
Si pienso en películas, poemas, historias, canciones que me gustan por encima de algunas otras, tienen ese hilo conductor, ese desencuentro, el desasosiego del qué pasaría si... la certeza de que no puede pasar nada más, porque ha llegado al fín. Un fin irrevocable, desde el que no se puede dar marcha atrás.
No lo he meditado mucho, no me he dado tiempo, porque así, con lágrimas aún en los ojos, he venido a desahogarme. Tenía que vomitarlo, compartir esta suerte de alegría en la tristeza, este placer agridulce con vosotros antes de que la noche se llevase este sentimiento.
PD: nunca he sido de favoritos, pero en esa nube de preferidos, sin duda, (salvando varias páginas en las que casi desisto en el intento de leer hasta el final) se ha colado un libro que me ha robado demasiadas horas de sueño en estos días en las que las necesito: "La elegancia del erizo" de Muriel Barbery

jueves, 15 de enero de 2009

entre páginas

idea profunda nº 3: Los hombres más fuertes entre los hombres no hacen nada, hablan y hablan sin parar.
"Ésta no es una idea profunda mía, pero nació a su vez de otra idea profunda. Lo dijo un invitado de papá que vino ayer a cenar: 'Los que saben hacer las cosas, las hacen; los que no saben, enseñan a hacerlas; los que no saben enseñar, enseñan a los que enseñan, y los que no saben enseñar a los que enseñan, se meten en política'. Todo el mundo pareció encontrar aquello muy inspirado, pero no por los motivos adecuados.
[...]
Pero yo en cambio, pienso que esta frase es una auténtica idea profunda, precisamente porque no es verdad, por lo menos del todo. No significa lo que uno cree que significa. Si uno ascendiera en la escala social de manera proporcional a su incompetencia, os puedo asegurar que el mundo no marcharía como marcha. Pero el problema no es ése. Lo que esta frase quiere decir no es que los incompetentes tengan un lugar bajo el sol, sino que no hay nada más difícil e injusto que la realidad humana: los hombres viven en un mundo donde lo que tiene poder son las palabras y no los actos, donde la competencia esencial es el dominio del lenguaje. Eso es terrible porque en el fondo, somos primates programados para comer, dormir, reproducirnos, conquistar y asegurar nuestro territorio y aquellos más hábiles para todas esas tareas, aquellos entre nosotros que son más animales, esos siempre se dejan engañar por los otros, los que tienen labia pero serían incapaces de defender su huerto, de traer un conejo para la cena y de procrear como es debido. Es un terrible agravio a nuestra naturaleza animal, una suerte de perversión, de contradicción profunda."
La elegancia del erizo. Muriel Barbery.

domingo, 21 de diciembre de 2008

asco

Es una mierda ser mayor. Es una mierda la metacognición. Es una mierda el desfase temporal. Es una mierda pensar las cosas. Es una mierda no poder seguir los instintos. Es una mierda el qué dirán. Es una mierda que me dé igual lo que piensan los demás. Es una mierda no tenerte. Es una mierda que creas que me tienes. Es una mierda no quererte. Es una mierda tener principios. Es una mierda necesitar a alguien. Es una mierda no poderse enamorar. Es una mierda que no seas como eres. Es una mierda saber lo que sé. Y es una mierda saber lo que no sabía. Es una mierda todo.
ES
U
NA
MIER
DA.

martes, 16 de diciembre de 2008

no soy la mujer de tu vida

no digas que me quieres.
no me esperes,
que no voy a volver.
porque no puedo regresar a dónde nunca estuve.
no digas que alguna vez te quise,
pues si te quise,
no fue como tú lo deseas.
yo tan solo te quería,
pero jamás entendiste,
ni entiendes,
ni entenderás,
que nunca te amé.

gente que merece la pena

Mi primer regalo de esta navidad no material:
Soy "gente que merece la pena" para alguien que no me esperaba.
Supongo que siempre hay quien que nos quiere sin que ni siquiera exista la remota posibilidad de sospecharlo.
Ahí, entre la multitud, hay una persona para la que eres (soy) importante.
Y eso, eso sí que merece la pena.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

esperando que se abra el cerrojo...

Tengo el corazón enjaulado,
deseando que aparezca la llave para quererte hasta que me duela el pecho.

"Hoy es un día nublado"

Sin buscarlo, me encontré con esto en la red, por si alguien se cuestiona si las nuevas tecnologías reemplazarán algún día a las maestras/os...
La tecnología educativa no nace con el uso de la computadora en el aula. Una mirada nostálgica al uso del pizarrón y la tiza nos permite reencontrar la trascendencia de la tarea docente y la convicción de que no hay recurso, por eficiente que sea, que reemplace la mirada, la voz y los sueños de los maestros:
"Siempre vieron mi fondo negro. Alguien sugirió que si me pintaban de verde, la vista de los alumnos estaría más descansada. Tal vez. Las tizas me recorrieron siempre hasta lo que la altura de los docentes lo permitía. De tantos cálculos combinados y análisis sintácticos escritos en mi piel rugosa queda sólo el polvo blanco que el borrador dejaba caer en cada cambio de hora. El maestro que se atrevía a dibujarme un paisaje, con todos los detalles y las tizas de color de que disponía, encendía siempre los ojos de los más chicos.
Ecuaciones, abecedarios y reglas ortográficas. Poesías, oraciones unimembres y cuadros sinópticos. La tabla del 7, las regiones geográficas y los problemas de regla de tres simple. Cada hora un tatuaje distinto sobre mi piel rugosa. Fecha y fechas. Números de ejercicios y "Hoy es un día nublado" con la cara aburrida de un sol casi tapado por un nubarrón gordo. Siempre listo y en silencio. ¿Quién más que yo supo la intimidad de cada clase? Alumnos preferidos y denigrados. Preguntas curiosas. Gestos casi heroicos en el ejercicio de la docencia. Pero también vi alumnos humillados y muchos llantos en un rincón escondido del aula. Risas. Promesas de un año lectivo intenso y aprovechado al máximo. Objetivos perfectamente logrados. Otros años vi los mismos ejercicios del año anterior copiados de la misma carpeta didáctica con la misma cara de aburrimiento.
Muchachas jóvenes ensayaron sus letras de maestra con pulso tembloroso y animado a la vez. Buscaban la caligrafía que sólo les daba mi amplia superficie. "¿Por qué todos los maestros tienen la misma letra en los pizarrones?", preguntó alguna vez un petiso de flequillo rebelde sin lograr una respuesta convincente de su maestra. Yo tampoco la tenía.
Debo decir que mi nombre proviene de una familia de prosapia relacionada con la geología ¿La geología? Sí, señor. Algunos dicen que la palabra pizarra proviene del latín fissus [...]
Me dicen también "encerado" y soy a menudo un cuadro encerado (aunque no lo crean, en algunas partes soy de hule o lienzo barnizado de negro) y, la más de las veces, soy de madera pintada.
A comienzos de este siglo muchas aulas estaban rodeadas por hermanos míos. Es decir, no ocupaba solamente el lugar de privilegio al frente de la clase, sino que también ocupábamos las paredes laterales del aula. ¿Para qué tantos pizarrones? Los nuevos tiempos exigían bastante trabajo de los chicos y mayor actividad del alumno. Para eso yo era una herramienta fundamental, y tenerlos ocupados en prácticas de cuentas o dictados a muchos alumnos a la vez, era una costumbre muy frecuente, ya que en los laterales de las aulas podían ubicarse muchos chicos que practicaran dictados, multiplicaciones o divisiones por tres cifras. Lo que fuera...
Y aquí me ven, todavía disfruto de buena salud. ¿Que la tecnología me puede desplazar? No lo creo. Ahí tienen, para botón de muestra, a mis sobrinos electrónicos. A mis primos de formica, para que las tizas descansen un poco y para que trabajen los plumones. Allí andan dando vueltas otros que permiten tener copia en papel de lo que se ha escrito sobre ellos.
¿Tizas digitales? ¿Encerados de vidrio? Quién sabe. Hacia allá vamos. Nosotros somos lo de menos porque... ojo... lo que es ¡reemplazable es quien escribe sobre nosotros. Aquí no pueden faltar alumnos. Y... por más que algún tecnólogo quiera reemplazarlos, no pueden faltar los docentes. De ellos, o por ellos y para ellos es todo nuestro trabajo. Nosotros somos testigos mudos de lo que ellos hacen. No tenemos palabras ni ideas. No somos el centro de sus universos. Lo son ellos. Por más chips y pantallas de cristal líquido que nos instalen. Lo más importante seguirá siendo el color de sus sueños sobre cualquiera de nosotros. Y esos sueños brillan tanto sobre una pizarra descascarada como sobre un monitor de última generación. No habrá corazón digital que lo reemplace."

8ch8

Soy de las que guardo todo, tengo cajas y cajones llenas de cosas absurdas pero que tienen un significado aunque a veces cuando vuelvo a ellas ya ni lo recuerde.

No soy una persona de favoritos ni preferidos, me cuesta decir qué tipo de música me gusta, cual es mi color, mi libro, mi canción, mi película, mi comida... No suelo tener un prototipo de casi nada y mis gustos son muy amplios en general, pero me gusta el número ocho.

Bien, pues esta tarde buscando unas fotos, encontré algo que una vez leí y como tantas cosas, guardé. Es sobre el número ocho. En aquel momento me pareció muy bueno, y aunque hoy no me lo parece tanto, me gusta releerlo y ver en qué he cambiado.

Desconozco el autor, porque está sin firmar, pero dice así:

"Mi número es el ocho. Si preguntas, la mayoría elige el siete, el tres o, los que van de transgresores, el trece. El ocho no está muy solicitado. Por eso es mi número. Porque es un número por descubrir. El que va después del viejo número de la suerte y antes del repelente sobresaliente. Un número regido por Saturno, implique eso lo que implique. Dicen que es el número del éxito y del poder, que está lleno de energía. No sé... a mi me gusta y, bueno, parece no tener malas cualidades... si crees en esas cosas.

Es el número de la octava maravilla, esa que cada cual imagina como quiere, el número que está en mi formato de película preferido y el número de ruedas de mis patines. Un número fantástico para pequeñas fiestas memorables. Ni excesivo ni excaso. Y par. Importante a la hora de establecer equilibrio de sexos (no es una tontería). Ya sé que "Con ocho basta" fue el nombre de una serie de televisión "made in USA" que se basaba en lo sobrado de la cifra. Pero se trataba de hijos, una imprudencia antológica incluso para finales de los setenta. Ni siquiera hoy cabrían en la mayoría de monovolúmenes.

El ocho es un número de cintura estrecha, un número de una cierta chulería. Un número lleno de curvas que se insinúa, que se ondula y se desliza, que esquiva y sortea. Un número con sensualidad. Pero basta darle un cuarto de vuelta para descubrir su faceta más espiritual. De repente, su serpenteo y su seducción se transforman en profundidad e infinito. El ocho ya no es más ocho, es algo inabarcable que se escapa a nuestra comprensión. Dos caras de la misma moneda. Me gusta el ocho."

martes, 4 de noviembre de 2008

yo te cuido, Peter

Me encanta esta canción aunque no esté del todo de acuerdo con la letra. Tenía que ponerla.
Peter, conmigo sabes que puedes quedarte.
"Un día llega, mira calma, mi Peter Pan hoy amenaza aquí hay poco que hacer. Me siento como en otra plaza, en la de estar solito en casa, ¿será culpa de tu piel?.
Será que me habré echo mayor. Que algo nuevo ha tocado este botón para que Peter se largue. Y tal vez viva ahora mejor más a gusto y mas tranquilo en mi interior, que campanilla te cuide y te guarde.
A veces gritas desde el cielo queriendo destrozar mi calma. Vas persiguiendo como un trueno para darme ese relámpago azul.
Ahora me gritas desde el cielo pero te encuentras con mi alma, conmigo ya no intentes nada parece que el amor me calma.. me calma.
Si te vas muy bien
llevate la parte que me sobra a mi Si te marchas viviré
con la paz que necesito y tanto ansié.
Mas un buen dia junto a mi, parecía que quería quedarse aquí, no había manera de echarle.
Si Peter no se quiere ir la soledad después querrá vivir en mi, la vida tiene sus fases... sus fases.
A veces gritas desde el cielo queriendo destrozar mi calma. Vas persiguiendo como un trueno para darme ese relámpago azul.
Ahora me gritas desde el cielo pero te encuentras con mi alma, conmigo ya no intentes nada parece que el amor me calma...
Cuando te marches creceré, recorriendo tantas partes que olvide. Y mi tiempo ya lo ves, tengo espacio y es el momento de crecer.
Si te machas viviré con la paz que necesito y tanto ansie.
Espero que no vuelva más que se quede tranquilito como esta, que ya tuvo bastante. Fue tiempo para no olvidar la zona mala quiere ahora descansar que campanilla te cuide... y te guarde."
El Canto Del Loco

viernes, 31 de octubre de 2008

mentiras

Regreso tras un par de semanas sin aparecer por aquí por motivos técnicos (qué bien queda eso, jeje. No, en serio, se me estropeó el router y ya sabéis...) Y vuelvo con algo que llevo semanas queriendo compartir. Son dos textos sobre lo mismo, la verdad, o lo que indiscutiblemente va unido a ella, la mentira.
El primero es una de esas reflexiones en off de una serie de televisión, me gustó y no pude evitar conservarla:
"Es posible que no mienta todo el mundo, pero desde luego nadie dice la verdad.
Tenemos miedo a la verdad y es comprensible que sea así, ¿quién quiere escucharla?, ¿quién la necesita? Y ¿cómo sabemos que algo es verdad? o ¿dónde está esa famosa verdad?
Echas de menos a alguien hasta que lo tienes a tu lado, entonces lo echas de más. Esté donde esté, la verdad siempre ha estado lejos de nosotros, en otro sitio.
Desde luego, a nuestro lado, no. Además, ¿quién necesita tener la verdad cerca? ¿para qué? ¿acaso hace algún bien?
¿Quereis oir la verdad? Pues yo os diré una, la única que hay.
Porque sólo hay una verdad absoluta, y es que la verdad no existe, que todo,
todo,
todo en esta vida,
es mentira."

El otro, es un sms que alguien me envió no hace mucho como respuesta a un momento de indignación por mi parte:

"Durante años las tías premian la mentira: 'quiero disfrutar de tu cuerpo' es menos efectivo que 'te quiero' cuando buscas sexo, a la gente le cuesta la verdad"

Me surge un torbellino de ideas ante esto. Pero no fluyen las palabras.

Sobre el texto, poco que decir, quizá no me apetezca pensarlo bien, porque me niego a descubrir ciertas cosas. Siempre dije que prefería no saber, vivir en mi felicidad de ignorar las cosas que me hacen daño. Puede ser absurdo, o cobarde, pero es mi Peter Pan que se niega a dejarme crecer.

El mensaje... fue la respuesta perfecta en aquel momento, algo que ya sabía pero que me niego a que suceda. No dice nada nuevo, pero lo especial del mensaje es que la persona que me lo envió es prácticamente desconocida para mí, pero que en ese instante comprendió mis cuatro palabras a la prefección y me entendió como nadie. Pero creo que nada de lo que diga podría poneros en situación sin contar cosas personales ("no hablo de mi vida privada" jajaja) sólo un pequeño diálogo que resume un poco mi forma de ver las cosas:

- ¿Por qué me miente? ¡No tiene que prometerme la luna! ¿Se cree que soy tonta? Como si yo no supiese que no es verdad. Si no era necesario...

- Lo que pasa es que la gente asume el amor sin sexo, pero no el sexo sin amor.

viernes, 17 de octubre de 2008

recuerdos inesperados

Como siempre pasa con las mejores cosas, que suceden sin buscarlas, esta mañana me encontré sin esperarlo con un poema que hacía años que no veía. Es, probablemente, el primer texto que recuerdo, anterior a aquellas poesías tan didácticas -y forzadas- de la escuela, o incluso a la mítica Caperucita Roja. Estaba escrito en una especie de papiro (que no sé por qué extraña razón tenía de fondo la cara del Che impresa en color rojo) colgado en mi habitación de la vieja casa, que era de los abuelos.
Todas las noches, antes de dormir, le pedía a mi madre que me leyese lo que ponía allí. Yo apenas hablaba así que mucho menos podría leerlo. Creo que el motivo por el que aprendí a leer a los 3 años, gracias a mi abuela, fue precisamente para poder hacerlo yo misma. Cada noche escuchaba atentamente la voz de mi madre y no hubo ni una sola vez que oyese aquella poesía y no llorase.
Ahora ya no existe esa habitación, ni siquiera la casa, y quién sabe donde iría a parar aquel cuadro. Pero hoy, en esta otra casa, en mi nueva habitación, aproximadamente en las mismas coordenadas que hace unos 25 años, me he vuelto a emocionar. He recordado a mi madre sentada en mi cama, mirando al papiro, leyendo con sentimiento aquellas palabras. Y me he visto a mí misma, inquieta, menuda, enredada en la sábana para que nadie pudiese ver mi emoción. No sé qué es lo que me produce ese sentimiento, pero no puedo evitarlo.
Sin papiro y sin la dulce voz de mi madre, pero quería compartirla con vosotros.
El día que no me ames
pasará cualquier cosa.
Se apagarán los vientos,
se morirán las rosas,
El cielo estará oscuro,
se partirán las rocas.
Caerán las estrellas
como brújulas locas.
Se secarán los ríos,
callarán las alondras.
Se quedará la tierra
sin música y sin novias.
El día que no me ames
moriré con tu nombre apretado en mi boca.
Sergio Villa Rey

miércoles, 17 de septiembre de 2008

dilema

Cuando estás encerrada en casa sueñas con estar lo mas lejos posible y cuando viajas a algún punto lejano del planeta sólo piensas en volver a casa.

sábado, 13 de septiembre de 2008

diferenZias

A pesar de compartir nombre (pero sin falta ortográfica) y de ser asturiana, no soy princesa, ahora tampoco de mi casa -seré infanta o algo así porque hay una pequeña princesita-, ni tengo príncipe de ningún color. Y ahora ya, no tenemos en común ni siquiera una cuestión de narices.

jueves, 11 de septiembre de 2008

wake me up when september ends?

Estos días he descubierto que me gusta septiembre.
Me gustan sus atardeceres rojos, su caricia de verano envejecido, su incipiente alfombra marrón, su manto dorado, su olor a senectud y a incipiente nacimiento de otoño.
Me gusta, es como empezar de nuevo. Y al tiempo es un mes de esperanzas. Un mes de regalo. Otra oportunidad. Siempre creí que todo el mundo comete errores y que nos merecemos una explicación y que nos escuchen cuando las razones las tenemos que dar nosotros mismos.
Me gusta porque todo parece volver a empezar. Siempre me he hecho más propósitos en septiembre que en año nuevo. Y casi nunca los he cumplido. Quizá ni siquiera lo he intentado. Es como comprar el primer fascículo de esas colecciones -que por cierto, siempre salen en este mes- y no molestarse por conseguir el segundo.
Me gusta porque si algo sale mal, siempre nos queda septiembre. Si echamos de menos a alguien en vacaciones, nos volvemos a ver en septiembre. Porque en septiembre todo acaba y todo comienza. No es un año nuevo, sin embargo estamos de estrena. Las agendas no traen ya el mes de agosto, como si lo que ocurrió antes no existiese.
Me gusta este mes.
En realidad no es que lo haya descubierto ahora, siempre me ha gustado. Pero en los últimos años no han sido los septiembre de antes. Cuando comienzo a disfrutarlos ya se ha esfumado medio mes. Así, sin darme cuenta. Espero que este sea el último año que me pierdo estos días de paz y serenidad. De vuelta a la calma.
Me gusta.
Septiembre.
Suena bien.

domingo, 7 de septiembre de 2008

dicen que soy

"indecisa, perezosa, hipersensible, mimosa... no necesariamente en ese orden". Esto es lo que escribí ya hace tiempo, cuando era una gatina.
Ahora, sigo sin definirme yo misma y tomo prestados calificativos de los que me conocen. Por eso mi perfil afirma que: "dicen que soy perezosa, mimosa, indecisa, hipersensible, serena... "
Añadiré que soy despistada, adjetivo que surgió en una conversación reciente con un amigo. Algo que a pesar de que sabía, no recordé cuando actualicé el perfil. Eso deja claro que realmente lo soy.
Desde hoy, dejo abierta la puerta a nuevos comentarios a cerca de cómo soy. Mirad y decidme lo que veis. Asomáos, entrad y hablad. Quizá descubra facetas sobre mí que no conozco.

sábado, 6 de septiembre de 2008

aquí estoy

Nunca me fui, pero he vuelto. No he llegado, pero estoy aquí. Me he mudado de casa pero este sigue siendo mi hogar. Sigo siendo la misma con otras ropas. Con otra pinta, pero con los mismos sentimientos. Soy como un cuaderno con espacios en blanco. Tengo palabras, apuntes que dan pistas sobre lo que soy. Pero siempre puedes escribir lo que piensas, lo que sientes. Añadir notas al margen sobre lo que significo para tí. Hoy comienzo de nuevo, continúo con lo viejo. Espero que sigas acompañándome en este camino, que me tomes de la mano si me caigo, que tires de mí si vuelo demasiado alto, que me empujes si me paro, que me frenes si voy muy rápido, que me grites si no te veo y me hables bajito cuando te escucho.
Pues eso, que yo estoy aquí.
Y traigo mi corazón como equipaje.
A ti, gracias por estar ahí.

martes, 26 de agosto de 2008

Stand By

Vendré pronto. Lo prometo.