jugando a no crecer

"Si Peter Pan viniera a buscarnos, no den la luz, no vaya a descubrir que le hemos traicionado y hemos crecido demasiado."

domingo, 7 de junio de 2009

de todas formas

A pesar de que no soy especialmente devota ni estoy de acuerdo en muchas de las ideas que esta mujer profesaba, esta semana cayó en mis manos este texto, palabras que ella dijo y con las que me siento identificada en gran medida.
Me llegan en buen momento si la idea es seguir como hasta ahora. Pero en muy malo si pensaba cambiar algo, porque estoy cansada, muy cansada, agotada... de que siempre sea la misma historia. Supongo que las cosas suceden por algo y quizá la casualidad de leerlo justo ahora, sea una señal, una especie de grito de guerra para darme ánimos.

"A menudo la gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica.

Perdónalos de todas formas.

Si eres amable, la gente puede acusarte de egoísta o de tener segundas intenciones.

Sé amable de todas formas.

Si eres exitoso, ganarás algunos falsos amigos y algunos verdaderos enemigos.

Ten éxito de todas formas.

Si eres honesto y franco, la gente puede engañarte.

Sé honesto y franco de todas formas.

Lo que tardas años en construir, alguien puede destruirlo en un instante.

Construye de todas formas.

Si encuentras serenidad y felicidad, pueden tener celos.

Sé feliz de todas formas.

El bien que haces hoy, ha menudo será olvidado mañana.

Haz el bien de todas formas.

Das al mundo lo mejor que tienes y puede que jamás sea suficiente.

Da al mundo lo mejor que tengas, de todas formas."

Teresa de Calcuta

miércoles, 20 de mayo de 2009

tocayos

Siempre me gustaron los nombres de mis abuelos. Ernesto y Mario. Hasta tengo una especie de predilección por quienes se llaman igual. Salvando excepciones, claro.
Ernesto fue otro padre para mí y nos dejó hace ya más de nueve años. Mario, nos dió un pequeño susto esta semana, pero aún podré disfrutar de él espero que mucho tiempo.
Al caso: aunque con un poco de retraso, no quería que pasase este momento sin recordar a un genial Mario que nos ha dejado, Benedetti.
Y lo haré dedicándole a mi abuelo Mario un poema que desconocía y que escuché ayer en la mañana en la tele (recitado con gran belleza por Carmen Romero) y que seguro me va a acompañar siempre, porque me parece precioso.
Táctica y estrategia

Mi táctica es

mirarte

aprender como sos

quererte como sos.

Mi táctica es

hablarte

y escucharte

construir con palabras

un puente indestructible.

Mi táctica es

quedarme en tu recuerdo

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

pero

quedarme en vos.

Mi táctica es

ser franco

y saber que sos franca

y que no nos vendamos

simulacros

para que entre los dos

no haya

telón

ni abismos.

Mi estrategia es

en cambio

más profunda y más

simple.

Mi estrategia es

que un día cualquiera

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

por fin me necesites.

Mario Benedetti

lunes, 11 de mayo de 2009

la primera

Como las sevillanas (que taaanto te gustan!) mírala cara a cara porque es la primera de esta vuelta, como en la liga de fútbol. Y es por y para tí. Aunque tenga muchas deudas pendientes. Pero las demás vendrán porque ha llegado ésta.
Porque tergiversando tus palabras: a veces lo que no reluce sí que es oro. Porque quizá desconfié demasiado, no de ti pero sí del medio en que nos llegamos. Que ya sabes que hay mucho loco suelto. Pero me has demostrado que estás más cerca que muchos que pueden tocarme.
Gracias por aguantar mis malos ratos, por tu sinceridad, por encontrarme cuando me escondo y por esconderte para encontrarme, por dejarme mensajes para que sonría luego, por invitarme a desayunar, por recordarme con alguna foto, por tus consultas profesionales y por tus consejos personales, por hacerme reír cuando no tengo ganas, por llevarme a la isla y dejar que me pierda en tu jardín, por decirme fea y hacer que me sienta preciosa... pero sobretodo, por llamarme tonta/sensible...
Porque siempre serás mi jardinero preferido (aunque esté casada).

vuelta e ida

Vale, vuelvo. Pero que conste que no me había ido, era solo un letargo, estaba... hibernando. Sí, en primavera, ¿qué pasa? cada uno hiberna cuando quiere o cuando puede o cuando no tiene nada mejor que hacer ni decir.
Pues eso, que no me hubiera ido sin despedirme. Aunque no me gusten las despedidas. Quizá por eso nunca me voy ni me quedo del todo.
Pero me da que será lo mismo de siempre pero de otra forma, o lo que es lo mismo, que todo cambiará para que todo siga igual. O como se diga.
Y nada, que aquí estoy, para quedarme, o para irme. Pero siempre estaré.

miércoles, 4 de febrero de 2009

un erizo triste

Qué contradicción.
"Eres triste, los de tu tierra los sois".
Debió de ser la primera vez que alguien hacía tal afirmación.
En cualquier caso, lo triste es no estar siempre alegre con este nombre que rebosa felicidad.
Siempre me viene a la mente esa aseveración, la única contraria a todas las demás observaciones en este sentido, cuando me siento así. Pero no tiene nada que ver con las sensaciones de ahora mismo. Estoy en un paréntesis que no difiere mucho de lo de afuera, pero que no tiene nada que ver, al menos superficialmente.
Se puede llorar por tantas cosas ajenas a nosotros, reales o ficticias: un hecho, una película, una canción, un poema... pero nunca me había pasado con un libro, al menos de manera tan tangible, tan real.
Igual es esa tendencia mía tan burguesa de regocijarme en la melancolía.
Quizá si que sea triste, más de lo que creía.
Tengo debilidad por este tipo de finales, los que realmente son finales y no principios de otras historias. Los que verdad terminan algo, cierran el ciclo, y que, generalmente, son tristes.
Si pienso en películas, poemas, historias, canciones que me gustan por encima de algunas otras, tienen ese hilo conductor, ese desencuentro, el desasosiego del qué pasaría si... la certeza de que no puede pasar nada más, porque ha llegado al fín. Un fin irrevocable, desde el que no se puede dar marcha atrás.
No lo he meditado mucho, no me he dado tiempo, porque así, con lágrimas aún en los ojos, he venido a desahogarme. Tenía que vomitarlo, compartir esta suerte de alegría en la tristeza, este placer agridulce con vosotros antes de que la noche se llevase este sentimiento.
PD: nunca he sido de favoritos, pero en esa nube de preferidos, sin duda, (salvando varias páginas en las que casi desisto en el intento de leer hasta el final) se ha colado un libro que me ha robado demasiadas horas de sueño en estos días en las que las necesito: "La elegancia del erizo" de Muriel Barbery

jueves, 15 de enero de 2009

entre páginas

idea profunda nº 3: Los hombres más fuertes entre los hombres no hacen nada, hablan y hablan sin parar.
"Ésta no es una idea profunda mía, pero nació a su vez de otra idea profunda. Lo dijo un invitado de papá que vino ayer a cenar: 'Los que saben hacer las cosas, las hacen; los que no saben, enseñan a hacerlas; los que no saben enseñar, enseñan a los que enseñan, y los que no saben enseñar a los que enseñan, se meten en política'. Todo el mundo pareció encontrar aquello muy inspirado, pero no por los motivos adecuados.
[...]
Pero yo en cambio, pienso que esta frase es una auténtica idea profunda, precisamente porque no es verdad, por lo menos del todo. No significa lo que uno cree que significa. Si uno ascendiera en la escala social de manera proporcional a su incompetencia, os puedo asegurar que el mundo no marcharía como marcha. Pero el problema no es ése. Lo que esta frase quiere decir no es que los incompetentes tengan un lugar bajo el sol, sino que no hay nada más difícil e injusto que la realidad humana: los hombres viven en un mundo donde lo que tiene poder son las palabras y no los actos, donde la competencia esencial es el dominio del lenguaje. Eso es terrible porque en el fondo, somos primates programados para comer, dormir, reproducirnos, conquistar y asegurar nuestro territorio y aquellos más hábiles para todas esas tareas, aquellos entre nosotros que son más animales, esos siempre se dejan engañar por los otros, los que tienen labia pero serían incapaces de defender su huerto, de traer un conejo para la cena y de procrear como es debido. Es un terrible agravio a nuestra naturaleza animal, una suerte de perversión, de contradicción profunda."
La elegancia del erizo. Muriel Barbery.