jugando a no crecer

"Si Peter Pan viniera a buscarnos, no den la luz, no vaya a descubrir que le hemos traicionado y hemos crecido demasiado."

miércoles, 5 de noviembre de 2008

8ch8

Soy de las que guardo todo, tengo cajas y cajones llenas de cosas absurdas pero que tienen un significado aunque a veces cuando vuelvo a ellas ya ni lo recuerde.

No soy una persona de favoritos ni preferidos, me cuesta decir qué tipo de música me gusta, cual es mi color, mi libro, mi canción, mi película, mi comida... No suelo tener un prototipo de casi nada y mis gustos son muy amplios en general, pero me gusta el número ocho.

Bien, pues esta tarde buscando unas fotos, encontré algo que una vez leí y como tantas cosas, guardé. Es sobre el número ocho. En aquel momento me pareció muy bueno, y aunque hoy no me lo parece tanto, me gusta releerlo y ver en qué he cambiado.

Desconozco el autor, porque está sin firmar, pero dice así:

"Mi número es el ocho. Si preguntas, la mayoría elige el siete, el tres o, los que van de transgresores, el trece. El ocho no está muy solicitado. Por eso es mi número. Porque es un número por descubrir. El que va después del viejo número de la suerte y antes del repelente sobresaliente. Un número regido por Saturno, implique eso lo que implique. Dicen que es el número del éxito y del poder, que está lleno de energía. No sé... a mi me gusta y, bueno, parece no tener malas cualidades... si crees en esas cosas.

Es el número de la octava maravilla, esa que cada cual imagina como quiere, el número que está en mi formato de película preferido y el número de ruedas de mis patines. Un número fantástico para pequeñas fiestas memorables. Ni excesivo ni excaso. Y par. Importante a la hora de establecer equilibrio de sexos (no es una tontería). Ya sé que "Con ocho basta" fue el nombre de una serie de televisión "made in USA" que se basaba en lo sobrado de la cifra. Pero se trataba de hijos, una imprudencia antológica incluso para finales de los setenta. Ni siquiera hoy cabrían en la mayoría de monovolúmenes.

El ocho es un número de cintura estrecha, un número de una cierta chulería. Un número lleno de curvas que se insinúa, que se ondula y se desliza, que esquiva y sortea. Un número con sensualidad. Pero basta darle un cuarto de vuelta para descubrir su faceta más espiritual. De repente, su serpenteo y su seducción se transforman en profundidad e infinito. El ocho ya no es más ocho, es algo inabarcable que se escapa a nuestra comprensión. Dos caras de la misma moneda. Me gusta el ocho."

1 comentario:

Sun Iou Miou dijo...

A min gustoume a foto. Sobre números non sei se teño preferencias: talvez, si, polo 1, si.